Hace ya muchos años una enfermedad me tuvo retenida en cama varios meses y aproveché para leer sin cansarme nunca, ya en aquel entonces no me gustaba la televisión solo caía alguna película de vez en cuando, mis días se resumían en la lectura y descansar puesto que la enfermedad lo requería. Mi madre me decía que parecía Don Quijote y voy a ser sincera algo si tenía que ver porque en mi cabeza se entremezclaban personajes de una novela y otra ¡no es broma, no!
Desde siempre he sido una lectora incansable, me emociona aprender y saber.
Los libros me parecen un gran tesoro, son mi regalo preferido y editar uno es mi gran sueño, cuando los sueños se repiten con gran fuerza seguro que se hacen realidad.
Este afán por aprender me ha llevado a estudiar sin descanso y ya te digo no me canso.
He pasado de estudiante, a impartir cursos para que las personas que como yo tenemos hambre de saber tengan la oportunidad de conocer.
En Palma ya hace tiempo que realizo talleres de alimentación saludable, de cocina vegana y algunas charlas sobre conciencia ecológica, todo ello lo compagino con mi consulta de acupuntura y naturopatía.
La vida me ha puesto grandes retos y los he cogido de la mano sin miedo, con valentía y sobretodo con agradecimiento por darme esas oportunidades.
Mi colaboración en la radio es una es una gran oportunidad para llegar a muchas personas semanalmente abanderando las terapias naturales como otra opción de salud.
Contenta me pongo cuando me llama algún medio de comunicación como la televisión o las revistas especializadas para hacer un guiño a la divulgación de la alimentación natural y los hábitos saludables.
Este verano una excelente persona me llamo para invitarme a realizar un curso sobre alimentación y cocina vegana en un instituto de Barcelona el Joan Maragall-Escola de salut del mar. Debo confesar que el reto me daba un poco temor, sería mi primer curso que impartiría fuera de mi isla, sinceramente estaba impresionada por la envergadura del proyecto. ¡Pensé tu puedes, debes hacerlo! Y me puse manos a la obra, a preparar el temario, idear recetas y al fin lo tuve todo listo para coger los bártulos y cruzar el mar dónde me esperaba gente maravillosa con una sonrisa sincera y muchas ganas de hacer y aprender.
Me sentí francamente bien como instructora, los nervios que nos invaden cuando estamos ante un hecho nuevo, desaparecieron casi al instante cuando tuve controlado el proyector, los alumnos acomodados, la temperatura adecuada del aula, todo estaba en orden para empezar, ¡respiré profundamente y me dije ya estás inmersa en el sueño ahora ¡vívelo!
Esta experiencia es el comienzo de un nuevo andar en mi vida, lo que sé, lo que he aprendido a lo largo de mi vida debo ponerlo en manos de quien lo quiera al igual que lo han hecho conmigo.
Voy a seguir aprendiendo, no lo dudes la sabiduría no está en los libros solamente, sino en las experiencias que vives, esto nos hace grandes.