Hay mucha confusión sobre la sensibilidad al gluten, la celiaquía y la alergia. La sensibilidad al gluten es una patología relativamente nueva causada por la proteína del gluten.
Es de difícil diagnóstico, las pruebas que se realizan suelen ser negativas, dichas pruebas son las mismas para diagnosticar la celiaquía y la alergia a esa proteína.
La celiaquía es una enfermedad autoinmune, provocada por una hipersensiblidad que atrofia las vellosidades del intestino delgado provocando desnutrición, pérdida de peso, diarreas, dolor abdominal, trastornos de conducta, anemia, baja estatura entre otros síntomas.
La alergia es poco común, produce anticuerpos ante esta sustancia sin necesidad que afecte al intestino.
Tanto una como la otra deben evitar totalmente el contacto con el gluten ya que peligra su vida.
La sensibilidad al gluten es cada vez más común. Se estima que hay un 10% de la población Española que lo padece, sigue siendo una enfermedad infravalorada.
Los síntomas son, dolor e hinchazón abdominal, diarreas, estreñimiento, nauseas, vómitos, dolor de cabeza, fatiga frecuentes, eccemas, dolor en extremidades, irritabilidad en el carácter. La mayoría son comunes con los anteriores diagnósticos. En cualquier caso deben realizarse las pruebas médicas para descartar cualquiera de esas enfermedades.
En el caso de la sensibilidad al gluten se puede afirmar que si se retira y la persona mejora estamos en el diagnostico correcto.
Hay grados de sensibilidad, algunos tolerarán cereales con poco gluten como es la avena y en cambio no toleran el trigo.
Cereales con gluten son: Trigo, espelta, centeno, cebada, avena, kamut, triticale, escanda
Cereales sin gluten son: trigo sarraceno, maíz, mijo, arroz, quinoa, amaranto.