Hoy en día se escucha mucho hablar del cortisol, puesto que somos una sociedad que vivimos en constante estrés y al cortisol ya se le conoce como la «hormona del estrés».
Esta hormona esteroidea o glucocorticoide tiene múltiples funciones. Se sintetiza a partir del colesterol y se produce en las glándulas suprarrenales que están sobre los riñones y desde aquí se libera al torrente sanguíneo para llevar
sus funciones a distintos órganos.
En el cerebro el hipotálamo y la hipófisis regulan la cantidad correcta que debe estar en la sangre proveniente de las glándulas suprarrenales. A este trío se le conoce como el eje del estrés.
El cortisol aumenta ante situaciones de estrés, tan emocional (preocupaciones, traumas…) como físico (frio, calor, hambre…). Esta hormona es necesaria para afrontar el día a día porque nos proporciona energía para el sistema locomotor y para reaccionar en modo de lucha/huida.
Los horarios del cortisol
El cortisol alcanza su punto máximo entre las 6 y las 8 de la mañana y va disminuyendo gradualmente a lo largo del día. También se observan pequeños picos al mediodía y por la tarde y sobre las 4 de la madrugada cae en picado.
Y por la noche sube la melatonina que es la contraria al cortisol. Por la noche se activa el sistema inmune y el hígado permitiendo la regeneración de organismo.
¿Qué hace el cortisol durante el día?
-Participa en el metabolismo: Interviene en la conversión de los carbohidratos, las grasas y la proteína en ATP que es la energía utilizable.
-Combate la inflamación.
-Regula la tensión arterial, ya que controla el equilibrio de los electrolitos.
¿Qué ocurre cuando el cortisol está elevado?
Si el estrés está sostenido en el tiempo se llama “distrés” en este caso el cuerpo pierde su equilibrio y se ven perjudicadas todas sus funciones bioquímicas, especialmente el sistema inmunológico y el endocrino.
También es importante destacar la afectación de la glucosa y resistencia a la insulina. Por ende, tiene una repercusión directa con la comida.
Los elevados niveles de cortisol aumentan el sistema de recompensa del cerebro en pro del consumo de alimentos ‘reconfortantes’, altos en grasa saturadas y azúcar. También se sabe que el consumo de alimentos altos en
azúcar lleva a los aumentos en los niveles de cortisol. Es un círculo vicioso que contribuye a los altos niveles de cortisol. Igualmente, influye en el sueño y al dormir mal enfermamos con más facilidad.
Algunos síntomas del cortisol alto:
-Aumento de peso, sobre todo alrededor en la zona abdominal.
-Problemas de concentración y mala memoria.
-Irritabilidad y alteración del humor.
-Fatiga y dolor muscular.
-Cambios en el metabolismo de la glucosa.
-Hipertensión arterial.
-Insomnio.
-Osteoporosis.
-Disminución de la libido.
-Alteraciones en los ciclos menstruales.
¿Cómo bajar el cortisol?
-Dormir entre 7 y 8 horas (depende de la edad), pero hay que buscar un sueño de calidad.
-Dieta sana: baja en azúcares y refinados y alta en nutrientes, especialmente el magnesio y el omega-3 controlan la hormona de estrés.
-Control con los estimulantes como por ejemplo la cafeína, teína, etc.
-Actividades físicas: La actividad física activa las endorfinas, las famosas hormonas que nos aportan sensación de felicidad y disminuyen la sensación de ansiedad. El ejercicio al aire libre es lo más recomendable.
-Meditación y relajación: Técnicas de respiración, relajación y meditación ayudan a bajar los niveles de cortisol.
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